Las elecciones del domingo pasado han generado dos resultados evidentes: i) inmensa incertidumbre respecto al futuro del Perú; ii) alta volatilidad en la plaza bursátil durante las próximas semanas. Evidencia de la segunda consecuencia se reflejó en estos dos últimos días en los cuales la BVL sufrió un debacle, el IGBVL cayó en 3.1% (lunes) y en 3.6% (martes) principalmente por el temor de las propuestas referentes al impuesto a las ganancias mineras. Asimismo, el ambiente de duda de las próximas semanas repercutirá en la toma de decisiones en el segmento de inversión privada, del consumo privado e incluso del sector público.
En ese sentido, analizando la primera consecuencia recordé el primer capítulo de libro Value at Risk de Phillipe Jorión titulado The need for Risk Management. En este capítulo inicialmente el autor define el riesgo como la variabilidad inesperada de los retornos o precios de los activos, el claro ejemplo de riesgo es el valor de las acciones en la BVL, más aun el índice peruano cotizado en la bolsa de New York, el EPU, que abarca las empresas más representativas de nuestra plaza local, sufrió su mayor caída. Asimismo, Jorión distingue entre riesgo de negocio (originado por las decisiones tomadas dentro del negocio) y riesgo financiero (relacionado a pérdidas provenientes de actividades del mercado), este ultima distinción es la que mayor fuerza ha tomado desde la crisis del 2007-2008 en la cual las empresas se han visto más afectadas por los riesgos financieros debido a la desregulación y globalización.
El autor define cuatro tipos de riesgo: i) de mercado; ii) de liquidez; iii) de crédito; y iv) operacional. En lo referente al riesgo de mercado (originado por la caída o volatilidad en los precios en los mercados financieros con ocurrencia de perdida), el mundo se encuentra en un periodo de incertidumbre respecto a la crisis nuclear en Japón, el próximo vencimiento de deuda en EE.UU. que para algunos analistas puede generar una mayor crisis que la ocurrida hace poco, y la situación del salvataje de Portugal, lo cual crea una necesidad de establecer criterios de cobertura para minimizar este riesgo. El riesgo de liquidez (asociado a las pérdidas generadas como consecuencia de la imposibilidad de liquidar una posición a un precio justo) aunque ahora no parezca evidente, dentro de las propuestas de los candidatos existe el incremento del gasto fiscal (incremento de salarios, y reducción de tarifas del gas donde el Estado subsidie este precio como sucede en Ecuador y Bolivia, y genere grandes costos al fisco) y reducción del ingreso fiscal (reducción del IGV e IR) lo cual generará un mayor déficit fiscal que debe ser sostenido con deuda, que haría más caro y difícil para las empresas locales poder acceder a créditos.
El tercer riesgo, ocasionado por el incumplimiento de cancelar las obligaciones por parte de nuestros clientes, es decir que no nos paguen. En estos días el nivel de riesgo país ha crecido en 10 puntos básicos lo cual representa una mayor exigencia de los inversores hacia las inversiones que realizan en el Perú, asimismo ese mayor nivel se expresa en el costo de fondeo de las empresas financieras locales, las cuales tendrán que elevar las tasas de interés para que les sea rentable prestar dinero, de esta forma las empresas (en especial las pequeñas y medianas) no podrán cumplir con sus obligaciones originando un incremento en el ratio de morosidad de las empresas financieras. Además considerando la actual burbuja inmobiliaria en la que se encuentra nuestro país es importante resaltar este riesgo de “no pago” porque de encarecerse los créditos pueden ocasionar una caída en el sistema financiero y real de nuestra economía.
En último riesgo a mencionar es el riesgo operativo, definido como el riesgo ocasionado por un mal manejo de los procesos internos, controles defectuosos, fraudes y/o error humano. Más allá de los errores humanos y los netamente operativos, lo que nos interesaría son los riesgos asociados a cambios en los acuerdos comerciales o en la actual normativa constitucional, este riesgo vinculado al riesgo de mercado y crédito nos menciona el riesgo ocasionado por cambios en la leyes que pueden ocasionar la invalidez de una transacción y perdidas en ambos lados de la operación, más aun generar una demanda por lado del cliente conllevando a gastos legales y de representación en las empresas.
Finalmente, es necesario que las empresas tomen en consideración los posibles escenarios de riesgo debido a que la incertidumbre respecto al futuro gobernante de nuestro país es demasiado grande, al punto que cualquier decisión que se tome puede considerarse apresurada, lo que no se consideraría apresurado es reconocer los riesgos dentro de cada empresa y determinar cómo pueden ser minimizados de forma que se pueda mantener el negocio en marcha.
Edward Neciosup Ramos
Consultor Junior
ESTUDIO MARTIN ABOGADOS
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