Como bien se tiene conocimiento, el arbitraje es un medio alternativo privado de solución de conflictos, como lo es el proceso judicial dirigido por parte del Estado; o la conciliación y mediación, ambas de naturaleza privada. En arbitraje tiene puntos positivos, entre ellos, la celeridad en la resolución de causas y la especialización de árbitros probos avocados a la materia.
Siguiendo con la premisa, resulta obvio que grandes corporaciones y empresas confíen la solución de sus controversias en manos de un ente privado, así también, cabe mencionar lo oneroso que resulta llevar un procedimiento arbitral, pues los honorarios de los árbitros resultan altos, ya que mayormente estamos hablando de causas de inversión millonaria donde la disputas se dan por montos muy elevados.
El secretario de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Roger Rubio, manifestó al diario Gestión el 04 de enero del presente año, que el arbitraje peruano cuenta con respaldo de los agentes económicos, de ello se puede deducir que empresas apuesten por la legislación peruana y por el arbitraje en sede peruana. Por ello, según la CCL los casos fueron incrementados en un 12% en comparación al año 2010 generando un monto controvertido de hasta US$244 millones de dólares, US$52 millones más que el año anterior.
Por ende, es deducir a simple vista que el arbitraje en el Perú está en auge y unos de los factores coadyuvantes a ello son la lentitud del Poder Judicial y la falta de preparación de los magistrados al momento de dictar sus fallos en materia específica.
Por ende, es deducir a simple vista que el arbitraje en el Perú está en auge y unos de los factores coadyuvantes a ello son la lentitud del Poder Judicial y la falta de preparación de los magistrados al momento de dictar sus fallos en materia específica.
Alexander Trujillo.
Practicante de Derecho Económico.