Socio Principal
Lima, 6 de mayo de 2014
El 2 de mayo del año 2014, en el diario "La Exitosa", el Director de de Contenido de la Asociación "Contribuyentes por Respeto" (en adelante CPR), Mario Zúñiga, publicó un artículo títulado "Lo que me vayan a dar, que me lo den en vida", en referencia a la disponibilidad del fondo de pensiones antes de la jubilación.
Cabe precisar que este artículo es un resumen de lo indicado en el boletín N° 10 de la publicación "Plaza Bolivar" realizada por la citada asociación, el cual surge por un Proyecto de Ley propuesto por Victor Andrés García Belaúnde. Al respecto, hay que aclarar varias cosas antes de hablar de este tema:
En primer lugar, se habla de una la tabla de edades y probabilidades de fallecimiento, la cual utiliza una función rápidamente creciente, posiblemente exponencial o muy cercana a ello. Eso hace que se tengan que fijar extremos (un valor mínimo de 20 y un valor máximo de 110) con un rango suficientemente amplio. Y en ese sentido, lo que hay que concentrarse no es tanto en el rango sino en las probabilidades (ej. muerte dentro de cada edad). En el ajuste de la SBS posteriore a la implementación de esta tabla, es esencialmente sobre las probabilidad, pero tendríamos que pasar todas las tablas y visualizar si realmente cambiaron la tendencia o simplemente subieron o bajaron los puntos de referencia.
Ahora bien, el razonamiento de Victor Andrés García Belaúnde es errado, en el sentido que justamente el límite superior hace referencia a un extremo y no a un promedio. Resulta irrelevante que el promedio, la mediana o siquiera un grupo significativo de la población peruana no supere los 78 años, dado que lo que importa es el valor máximo o extremo. Y el extremo es una cuestión de casuística y no de reglas generales. Dicho de otro modo, basta que haya una persona (exagerando muy ligeramente) que haya llegado a los 110 años para que dicho límite superior sea válido. Personalmente, conozco un par de 103 años aproximadamente, pero tal vez algún colega conozca alguien de mayor edad.
Sin perjuicio de lo anterior, igual se aplaude que la tabla tenga que ser elaborada con información peruana (con las salvedades antes indicadas); no sé si el INEI por sí sólo deba hacerlo, pero un equipo técnico INEI-SBS podría cumplir. Así que, por favor, aportemos más debate técnico a este tema, antes que retóricas o frases poéticas.
En cuanto al tema de libre disponibilidad anticipada del fondo de pensiones, pasamos de un problema probabilístico-financiero a uno económico del comportamiento y macroeconómico. Primero está la famosa discusión de cuál es la naturaleza de los fondos o el sistema de pensiones en general (ahorro de largo plazo, ahorro de corto plazo, transferencia intergeneracional, etc.). Esa discusión aún no termina, porque hay muchas variables políticas , sociales, laborales y económicas que están en juego. Partiendo de ello, sería un poco arriesgado amparar el mecanismo propuesto por Alberto Frydman y otros en sólo la libertad de la persona, dado que la magnitud, impacto y relevancia macrofinanciera de los fondos de pensiones puede verse seriamente afectada, no tanto por una crisis de corrida de fondos o algo así, sino por una volatilidad en la misma. Una experiencia parecida, aunque no exacta, como seguro el lector recordará es la CTS en el Perú, donde se utiliza en parte como un impulsor del consumo en el corto plazo cuando este no cubre el nivel mínimo deseado o bien cuando se desea hacer una expansión temporal del mismo, entre otras razones. El uso político, social y laboral del mismo es notorio.
En suma, primero debe definirse (o redefinirse en todo caso) cual es la finalidad del fondo de la AFP y luego vemos la regla general de su uso (la cual deberá publicarse masivamente), y recién entonces las excepciones, justamente para que estas se mantengan como tales y no se conviertan en las reglas, para un consumidor financiero más instintivo.
Debe precisarse que el mecanismo que proponen reemplazaría una externalidad negativa por otra de similar naturaleza. Además de lo ya indicado, sacar el dinero del sistema financiero es bastante costoso, por lo que las alternativas propuestas deberían ser bancarizadas y claramente restrictivas/excepcionales, por ejemplo servir de financiamiento para inversiones tangibles en negocios formales. Un problema sería que luego por "productivo" también se incluya a la educación, pero de ahí "productivo" también podría distorsionarse en bienes de consumo duradero, etc. Pero si productivo ahora entendemos lograr un nivel de vida decente en el PRESENTE, si bien es socialmente deseable, ello contraviene manifiestamente el objeto de un sistema de pensiones.
En realidad, una forma sería que se haga calzar el fondo de AFP con el ahorro efectivo según algunas (no muchas) variables características del aportante, particularmente aquellas que sí se cuenta información estadística histórica. Es decir que el ahorro no sea una opción adicional, sino sea el mismo fondo de pensiones (más un extra si el aportante lo desea) Siendo ese extra, lo efectivamente disponible. Para eso hay que conocer la propensión marginal a ahorrar con estudios econométricos, como es cambiante (o aunque no tanto) se puede ajustar cada cierto tiempo, por ejemplo calzando a su vez con el Marco Macroeconómico Multianual. En suma, la idea es no crear sistemas paralelos de circulación del ahorro y del ingreso, sino acercarlos.
Ahora bien, eso facilita la vida a quienes ahorran, pero faltaría evaluar como solucionar la de lo que no ahorran. El salario mínimo no sería un indicador eficaz, sino la canasta familiar, para lo cual habría que evaluar a su vez la composición familiar, así como si es jefe o no de hogar. Obviamente, la problemática del fraude también está presente aquí, por lo que tendrá que existir algún medio de fiscalización. En todo caso, no debemos perder el horizonte del sistema de pensiones, por lo que cualquier análisis que se haga del presente, se debe hacer "desde el futuro".
A pesar de ello, colaboradores de "Contribuyentes por Respeto" parecen coincidir en que la liberalización de los fondos es la solución, esencialmente por ser consistente con la libertad y con un recuperación de lo "ahorrado". Es interesante como la protección a la libertad de la persona puede generar que se genere una distorsión o modificación de una idea previamente establecidas. Así mismo, es internamente lógico (libertad de la persona ---> libertad para decidir sobre sus pensiones), pero contraproducente con el sistema que se desea implementar, incluso en el caso de las AFPs, las cuales gozan de un régimen jurídico particular, si bien comparten la "la ley de bancos", tienen disposiciones y objetos normativos distintos a los demás productos financieros.
Como se recordará es un sistema híbrido, que buscar hacer más privado un sistema previamente público; la pregunta es, si por esa "privatización" la convierte efectivamente en algo de dominio privado o sigue siendo algo público pero con matices privados. Si pensamos lo primero, definitivamente estará de acuerdo con los de CPR.
Asumiendo que estamos de acuerdo ahí, hay otros puntos controvertidos. Primero, el tema de la CTS ha sufrido sus variaciones no solo por lo indicado anteriormente, sino porque de cierta manera es un estabilizador automático del consumo. Como sabrás, no es bueno ni un aumento fuerte ni una reducción fuerte del consumo debido a la CTS. Ahora mismo, la están comenzando a restringir un poco, un poco de política y un poco de economía; y probablemente de aquí a unos años lo busquen aumentar, etc. Sin perjuicio de ello, la CTS también cae en el problema que proviene de la legislación laboral, derivado al ámbito financiero, pero no deja de ser laboral, el cual es un régimen que inicialmente buscaba fomentar la tenencia de recursos para un momento de ausencia de ingresos (de ahí el símil realizado), claro un periodo corto pero básicamente lo mismo. Si ahora dejas la libre disponibilidad, pues se distorsiona esa idea, en aras de proteger la libertad.
Conviene advertir que la libertad de contratar y la libertad de contratación no son tan absoluta, básicamente no hay que leer la constitución por el lado que le conviene más a uno, sino de una manera integral. Es difícil, si hasta los miembros del Tribunal Constitucional les va mal con frecuencia.
No obstante, en algo puede concordarse con los de CPR: Hay que dar alternativas, las cuales pueden ser dos, tres, etc. Cabe precisar que otorgar alternativas no es lo mismo que otorgar libre disponibilidad. Financieramente, un préstamo hipotecario y un crédito hipotecario son gravemente distintos a un préstamo de libre disponibilidad que busque el mismo fin (adquirir una propiedad inmobiliaria). En ese sentido, la libertad personal debe ser compatible con el derecho al trabajador y el derecho a la pensión, el cual curiosamente depende mucho de él mismo; por lo tanto las alternativas que le demos no deben ser contraproducentes con él mismo. La tarea no es fácil, y la propuesta que indica Alberto Frydman y otros se puede arreglar a fin de que sea consistente, pero en todo caso, cualquiera sea las alternativas deben coincidir con la finalidad de un sistema de pensiones.
Un alternativa que se puede ir esbozando es reducir el porcentaje de aporte, escalonado o por rangos en todo caso, de modo tal que una parte del ahorro sea contingente, es decir, para cubrir momentos de un consumo presente mayor; mientras que otra parte sea para el régimen de pensiones. La diferencia entre lo que propones, aunque matemáticamente podría ser parecido, es que solamente se encuentre dentro del ámbito de aplicación del sistema de pensiones el segundo tipo de ahorro "forzoso" y no el primero. Este primer ahorro podría ser una suerte de "ahorro voluntario" remunerado un poco más de lo "normal", una suerte a un sistema de encaje. Se pueden esbozar más ideas, pero siempre tratando de llamar a las cosas por su nombre, minimizando la utilización de híbridos que sean contraproducentes.
Posteriormente, y en concordancia con lo anterior, los estabilizadores automáticos o cuasi automáticos que podrían derivarse de un sistema de pensiones, también tienen un impacto relevante en la inversión. Muchos estudios, de cualquier lado ideológico coinciden que la productividad de la inversión es sustancialmente mayor a la del consumidor. Vale decir que si haces circular en la economía 1 dolar de consumo, tendrá un impacto menor al un dolar de inversión en una economía. La excepción, que no es la regla obviamente, es que tenga que derivarse al consumo para que sostenga una situación de pobreza (extrema). Si a eso le agregamos que un importante grupo de personas podría malgastar el dinero, consumir en industrias con poco valor agregado, en economías informales, etc, entonces el riesgo es mayor.
Otro argumento para la liberalización es el fomento de la competencia, lo cual en realidad es bastante relativo. Siguiendo lo anterior, en el sistema que CPR y otros proponen podrían haber fuertes cambios bruscos monetario-financieros, que requerirían o bien la captación agresiva de fondos o bien el ajuste y externalización de los costos de esta externalidad. Las entidades financieras se ha demostrado expertas en preferir la segunda estrategia. Generalmente la primera se usa al momento de expansión del mercado financiero, desarrollo de nuevos mercados o ingreso de nuevas entidades (salvo que todo ese proceso se sustituya con leyes, claro).
Finalmente, para precisar lo anterior, si se mantienen todos los fondos en el sistema financiero, se reduce la inestabilidad en cuanto a la liquidez de dicho sistema. Ahora bien, eso tendría que ser una limitación a la libertad personal que es finalmente lo que ha generado todo este asunto; de otro lado, el nivel de bancarización aún es bajo, mientras que el nivel de informalidad es bastante alto. Para sostener esa premisa debería anteponerse o enfrentarse la libertad personal (en este aspecto específicamente) con el bienestar socio-económico de los demás. Posiblemente se logre, pero lo cierto es que al enredarse en sí mismo un sistema híbrido, posiblemente genere confusiones o situaciones oscuras, en este caso normativas. En este sentido, hay mucha inversión que hacer en concientizar a la población sobre este modelo, algo que la SBS ha hecho todavía de manera deficiente, al igual que las carreras universitarias o técnicas que no son de profesiones relacionadas con la economía y finanzas.
Fuera de todo ello, la discusión no deja de ser interesante dada la multidisciplinariedad con la que debe analizarse el problema de las AFPs. Curiosamente el colegio de economistas de lima comenzaba una "acción" para fortalecer a los afiliados. La verdad no sé si ha desarrollado alguna teoría, propuesta, posición o algo. Será cuestión de esperar.
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