La confianza es un elemento medular en el consumo de un Estado, puesto que genera que los consumidores optimistas no se sientan temerosos en gastar o invertir en determinados sectores, es más hace que se sientan tranquilidad con respecto a la situación económica y financiera.
En el caso peruano, el último indicador de confianza, según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), data desde diciembre del 2011, registrando un aumento de 56 a 68 puntos de noviembre a diciembre de 2011. Con esto se mantiene la expectativa de contratación de personal y demanda en tramo positivo.
En ese punto la confianza, utilizando las palabras del profesor José Garrido-Lecca, el adulto, siente más temor en confiar por lo vivido en décadas anteriores, como la hiperinflación de los ochentas, en cambio el consumidor joven y hasta adolescente suele ser más optimista en el consumo frente a los mercados de bienes y servicios.
Por lo tanto la confianza es una buena alternativa para fortalecer y generar más consumo y gasto sin invertir de otras fuentes, formando una imagen con miras a solidificarse para beneficio e interés de consumidores y proveedores.
En ese punto la confianza, utilizando las palabras del profesor José Garrido-Lecca, el adulto, siente más temor en confiar por lo vivido en décadas anteriores, como la hiperinflación de los ochentas, en cambio el consumidor joven y hasta adolescente suele ser más optimista en el consumo frente a los mercados de bienes y servicios.
Por lo tanto la confianza es una buena alternativa para fortalecer y generar más consumo y gasto sin invertir de otras fuentes, formando una imagen con miras a solidificarse para beneficio e interés de consumidores y proveedores.
Alexander Trujillo.
Practicante de Derecho Económico.