Las diferentes instituciones financieras, el caso de: Saga Falabella, Ripley, Metro, Scotia Bank, BCP, etc ofrecen tarjetas al consumidor de manera muy sencilla (presentando una boleta de pago, DNI, recibo de agua y/o luz, o presentando un certificado que se está en planilla), lo cual al ser tan fácil y rápido aviva la inquietud por seguir comprando y endeudándose más. Pero ahí no termina esta tertulia financiera, debido a estudios, se estima que de 100 clientes, en general 80 son clientes de las mismas instituciones, esto eleva alarmantemente el riesgo de endeudamiento. Y todos sabemos, los bancos nunca pierden.
El sistema mencionado como “el carrusel del crédito”, funciona de la siguiente manera: el consumidor se endeuda con una entidad, luego recurre a otra tarjeta para obtener efectivo y cancela la deuda con la otra tarjeta, luego renueva una nueva deuda con otra entidad y hace lo mismo… así sucesivamente. Básicamente desde el lado de los bancos se puede apreciar que el “consumidor es responsable”, pero no se puede visualizar que existe una deuda acumulada la cual fue generada por las pocas barreras de estas mismas identidades y la “cultura de reventar tarjeta” por parte del ciudadano peruano.
Manuel Francisco Palmi Padilla
Asistente en Investigación Económica
Estudio Martin Abogados
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